/ miércoles 19 de enero de 2022

Autoridades, ahí les hablan

Recibimos el día de ayer, en nuestro WhatsApp personal la queja de un lector de este espacio a quien conocemos desde que militaba en las ligas infantiles, dueño de una pierna izquierda privilegiada y habilidades muy especiales para la práctica de este deporte, que lo llevaron incluso a pertenecer a las fuerzas inferiores de los desparecidos Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, nos referimos a Alfonso “Poncho” Bastidas Jr. hijo de Alfonso Bastidas padre, uno de los grandes defensas de la década de los años 60 y 70´s.

Actualmente el junior hace rato que vive en Culiacán, padre de familia, entre su descendencia cuenta con un hijo de10 años, quien obviamente es fiel imitador tanto de su padre como de su abuelo, pues bien, nos hizo llegar un SOS, para que por este conducto hacer un llamado a las autoridades de los tres niveles, para que atiendan el rubro de las canchas de futbol.

Sin quitarle ni ponerle una coma aquí su manifiesto: “quisiera pedirle apoyo para que las autoridades de los tres niveles y a la propia asociación y comité municipal de futbol, volteen a las canchas, porque están hechas un asco, son pocas y muy difícil de acceder a ellas. Actualmente mi hijo de 10 años juaga en la categoría infantil y es un suplicio cada vez que nos programan”.

Habla sobre el deplorable estado de las instalaciones de la 21 de Marzo, del Centro Cívico Constitución, Villa Universidad y del Parque Ernesto Millán Escalante, mejor conocido como parque Culiacán 87, del que se queja porque aparte de parecer un potrero, ahora cobran 20 pesos por acceder a sus instalaciones.

Hasta ahí lo escrito por Poncho Bastidas Jr.

Lo manifestado por Alfonso, no es para nada nuevo, las instalaciones deportivas en Culiacán han tenido con el paso de los años altas y bajas en cuanto a la apertura de más instalaciones, así como de su mantenimiento. No es la primera vez que lo señalamos y tal vez tampoco la última, en que apuntamos que ha sido un gran error dotar de pasto sintético las canchas deportivas especialmente de fútbol por el desgaste que tienen propias de esta disciplina.

Está más que comprobado que las canchas de pasto sintético, aun así, sean de la llamada tercera generación, como la del estadio de los Xolos, no dejan de ser duras, son un peligro para la integridad física de practicantes de todas las edades debido al impacto sobre las articulaciones del tronco para abajo, es decir, cadera, rodillas y pies. Imagínense a un niño de 4, 6, 8 etc., años, entrenando y jugando largos periodos de su vida en ese tipo de canchas, pero igual a jóvenes y ni se diga a gente de categoría de veteranos.

De algunas instalaciones nos consta que especialmente las canchas de pasto sintético, simplemente en la actualidad son de mayor peligro, pues más allá de lo implica la problemática del impacto, están llenas de parches o simplemente, solo se ve el corcho negro y abajo sobre lo que está montado el pasto.

Cuando empezaron las autoridades de inundar las canchas con pasto sintético, los argumentos fueron que no requerían el agua que tanta falta hace, que podrían ser utilizadas mucho más tiempo y por más deportistas. En su tiempo los mencionamos como argumentos “balines”, así como expusimos las razones antes señaladas por que no era lo mejor. En otras ciudades sucede lo mismo, lo constatamos en Ensenada y Tijuana, en donde su bien es verdad que el problema del agua es severo, el hecho de dotar de pasto sintético sus canchas ha tenido consecuencias negativas, están tan desgastadas que haga de cuenta usted que está jugando sobre planchas de cemento.

Si a todo ello le sumamos que, con el pretexto de la duración, de que son más “cuerudas” que las de pasto, se utilizan todos los días de la semana para entrenar y jugar partidos oficiales, es obvio que su desgaste ha llegado a tal grado que son un auténtico peligro para chicos y grandes. El problema de utilizar los campos es el mismo para las que son de pasto, no dan tregua para su conservación y regeneración, pero estas, aun en condiciones no excelentes, son más adecuadas para la práctica del balompié.

Ante todo esto, una vez más: se aceptan sugerencias. ¿renovar las canchas de pasto sintético con el mismo material o volver a sembrarles semilla para pasto natural? En ambos casos: ¿cómo mantenerlas en óptimo estado? En esto juega un papel muy importante el aspecto económico, de ahí se deriva otra pregunta: ¿solo las autoridades tienen la responsabilidad completa de mantenerlas en buen estado o se requiere de la cooperación de los usuarios?

Interesante ¿no cree usted?

Nos vemos mañana. Antoniovelazquez13@hotmail.com

Recibimos el día de ayer, en nuestro WhatsApp personal la queja de un lector de este espacio a quien conocemos desde que militaba en las ligas infantiles, dueño de una pierna izquierda privilegiada y habilidades muy especiales para la práctica de este deporte, que lo llevaron incluso a pertenecer a las fuerzas inferiores de los desparecidos Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, nos referimos a Alfonso “Poncho” Bastidas Jr. hijo de Alfonso Bastidas padre, uno de los grandes defensas de la década de los años 60 y 70´s.

Actualmente el junior hace rato que vive en Culiacán, padre de familia, entre su descendencia cuenta con un hijo de10 años, quien obviamente es fiel imitador tanto de su padre como de su abuelo, pues bien, nos hizo llegar un SOS, para que por este conducto hacer un llamado a las autoridades de los tres niveles, para que atiendan el rubro de las canchas de futbol.

Sin quitarle ni ponerle una coma aquí su manifiesto: “quisiera pedirle apoyo para que las autoridades de los tres niveles y a la propia asociación y comité municipal de futbol, volteen a las canchas, porque están hechas un asco, son pocas y muy difícil de acceder a ellas. Actualmente mi hijo de 10 años juaga en la categoría infantil y es un suplicio cada vez que nos programan”.

Habla sobre el deplorable estado de las instalaciones de la 21 de Marzo, del Centro Cívico Constitución, Villa Universidad y del Parque Ernesto Millán Escalante, mejor conocido como parque Culiacán 87, del que se queja porque aparte de parecer un potrero, ahora cobran 20 pesos por acceder a sus instalaciones.

Hasta ahí lo escrito por Poncho Bastidas Jr.

Lo manifestado por Alfonso, no es para nada nuevo, las instalaciones deportivas en Culiacán han tenido con el paso de los años altas y bajas en cuanto a la apertura de más instalaciones, así como de su mantenimiento. No es la primera vez que lo señalamos y tal vez tampoco la última, en que apuntamos que ha sido un gran error dotar de pasto sintético las canchas deportivas especialmente de fútbol por el desgaste que tienen propias de esta disciplina.

Está más que comprobado que las canchas de pasto sintético, aun así, sean de la llamada tercera generación, como la del estadio de los Xolos, no dejan de ser duras, son un peligro para la integridad física de practicantes de todas las edades debido al impacto sobre las articulaciones del tronco para abajo, es decir, cadera, rodillas y pies. Imagínense a un niño de 4, 6, 8 etc., años, entrenando y jugando largos periodos de su vida en ese tipo de canchas, pero igual a jóvenes y ni se diga a gente de categoría de veteranos.

De algunas instalaciones nos consta que especialmente las canchas de pasto sintético, simplemente en la actualidad son de mayor peligro, pues más allá de lo implica la problemática del impacto, están llenas de parches o simplemente, solo se ve el corcho negro y abajo sobre lo que está montado el pasto.

Cuando empezaron las autoridades de inundar las canchas con pasto sintético, los argumentos fueron que no requerían el agua que tanta falta hace, que podrían ser utilizadas mucho más tiempo y por más deportistas. En su tiempo los mencionamos como argumentos “balines”, así como expusimos las razones antes señaladas por que no era lo mejor. En otras ciudades sucede lo mismo, lo constatamos en Ensenada y Tijuana, en donde su bien es verdad que el problema del agua es severo, el hecho de dotar de pasto sintético sus canchas ha tenido consecuencias negativas, están tan desgastadas que haga de cuenta usted que está jugando sobre planchas de cemento.

Si a todo ello le sumamos que, con el pretexto de la duración, de que son más “cuerudas” que las de pasto, se utilizan todos los días de la semana para entrenar y jugar partidos oficiales, es obvio que su desgaste ha llegado a tal grado que son un auténtico peligro para chicos y grandes. El problema de utilizar los campos es el mismo para las que son de pasto, no dan tregua para su conservación y regeneración, pero estas, aun en condiciones no excelentes, son más adecuadas para la práctica del balompié.

Ante todo esto, una vez más: se aceptan sugerencias. ¿renovar las canchas de pasto sintético con el mismo material o volver a sembrarles semilla para pasto natural? En ambos casos: ¿cómo mantenerlas en óptimo estado? En esto juega un papel muy importante el aspecto económico, de ahí se deriva otra pregunta: ¿solo las autoridades tienen la responsabilidad completa de mantenerlas en buen estado o se requiere de la cooperación de los usuarios?

Interesante ¿no cree usted?

Nos vemos mañana. Antoniovelazquez13@hotmail.com