/ jueves 28 de julio de 2022

Atrevimiento

En la última visita a los Estados Unidos, López Obrador quiso dar clases de economía al presidente de la mayor potencia económica del planeta, con un discurso hecho a base de lugares comunes, consignas ideológicas y un enredijo de conceptos que hablaban de cualquier cosa, menos de economía. Dijo: “Sin un programa atrevido de desarrollo y bienestar, no será posible resolver los problemas, ni conseguir el apoyo económico. Frente a la crisis, la salida no está en el conservadurismo, sino en la transformación”.

¿Qué quiso decir este presidente? Tal vez sólo el oráculo en Delfos, de existir todavía, revelaría la sabiduría escondida. Mientras, tuvo cuidado López Obrador de no hablar de crecimiento que, siguiendo en la metáfora oracular griega, es uno de los talones de Aquiles de su administración, porque en la economía su gobierno solo ha traído estancamiento y un crecimiento muy inferior al tan criticado 2% que en promedio las tres administraciones pasadas dejaron. Aquí en México no se conoce, de parte del actual gobierno, ningún programa “atrevido” de desarrollo frente a la crisis, y la única transformación es la que se refleja en que hay ahora casi 4 millones de pobres más que en 2018, porque a 2020 (con datos del IMCO), 43.9% de la población en México está en situación de pobreza (55.7 millones de personas), lo que representa un incremento de dos puntos porcentuales en comparación con 2018 (41.9%), equivalente a 3.8 millones de personas adicionales, y la población vulnerable por ingresos (personas cuyo ingreso alcanza para adquirir la canasta básica de bienes y servicios, pero que carecen de seguridad social, acceso a servicios de salud públicos o privados, servicios básicos, espacios y calidad en su vivienda, acceso a una alimentación nutritiva y de calidad o tienen rezago educativo) aumentó 1.3 millones de personas respecto a 2018.

El PIB cayó 8% en 2020 y tuvo una recuperación (rebote) de solo 5% en 2021, por lo que se espera un crecimiento de apenas 1.5% (lejos del neoliberal 2% del promedio de los tres sexenios pasados. Incluso con Peña Nieto, se alcanzó el 2.2%), que según los expertos llevarían a una recuperación completa del PIB a niveles de 2018, hasta el 2024 y del PIB por habitante hasta 2036.

La ignorancia es atrevida. López Obrador pidió a Biden que desarrolle en Estados Unidos un “atrevido programa económico” para el desarrollo, que en México él no ha implementado, sino que sus políticas han hecho lo contrario. En 2018, antes de su llegada al gobierno, el gasto social estatal como proporción del PIB (promedio anual estatal) aumentó en promedio de 1.7 % en 2000 a 8.1 %. Con datos de la OCDE México se encuentra hoy en el lugar 17 (de 35) de los países con menor gasto social (7.5%), siendo Francia (31%), Finlandia (29.1%), Dinamarca (28.3), Italia (28.2%), Alemania (25.9%), Suecia (25.5%), España (24.7%), Japón (22.3%), Reino Unido (20.6%) y Estados Unidos (18.7%) los diez primeros de la lista.

Nos dice el Financial Times que México es la única economía en Latinoamérica que no va a recuperar su tamaño pre-pandemia este año y que sus “amlo-nomics” o políticas que ahuyentan la inversión y que no respetan las que ya existen en el país, dejaron ir la oportunidad de convertirse en el destino de las empresas que se reubican de China. En el 2021 se dio una fuga de capitales histórica por 257,601 mdp en instrumentos gubernamentales, siendo el segundo al hilo con salida histórica, algo que no había sucedido en México. El Indicador Mensual de Actividad Industrial por Entidad Federativa de septiembre de ese año mostró que 23 de las 32 entidades federativas presentaron contracciones mensuales en la actividad industrial, después de que en agosto 15 entidades mostraron caídas mensuales.

Se registra una pérdida de dinamismo en los sectores más importantes de la economía como son el comercio y los servicios (caída de 0.3% en su comparación mensual), según el Indicador Global de Actividad Económica del INEGI, ya que este rubro aporta cerca del 65% al PIB total nacional.

De acuerdo a datos del FMI, México descendió, y salió del ranking de las 15 economías más importantes del mundo en 2021. Los ingresos del gobierno federal cayeron -1.2% en 2021 por tercer año consecutivo y por si fuera poco, la deuda pública del país pasó a incrementarse de 10,731 billones en noviembre de 2018, a 13,018 billones a noviembre de 2021. Una diferencia, al alza, de +2.287 billones.

Al tener los ingresos tributarios un limitado potencial de crecimiento por la falta de inversión productiva (ya el gobierno derrochó de los recursos –fideicomisos públicos- que había para echar mano), no hay expectativas de un crecimiento económico esperanzador. El poder adquisitivo del salario hoy está al nivel del final del de las crisis sexenales de los años 80. Una política económica verdaderamente atrevida, diferente de la que hoy se aplica, se necesita para tener salarios mejor pagados. Sólo el 6% de los trabajos formales paga más de 15 mil pesos. La tasa de mortalidad de negocios nuevos es de 90%. Y México, siendo uno de los países donde más se trabaja en el mundo -según datos de la OCDE de 2019-, los mexicanos trabajan 23% más horas que los ciudadanos de los demás países miembros, manda hoy día más migrantes nacionales a los Estados Unidos que en anteriores sexenios. Ha de ser por aquello de la transformación y los programas atrevidos de desarrollo y bienestar, supongo.

En la última visita a los Estados Unidos, López Obrador quiso dar clases de economía al presidente de la mayor potencia económica del planeta, con un discurso hecho a base de lugares comunes, consignas ideológicas y un enredijo de conceptos que hablaban de cualquier cosa, menos de economía. Dijo: “Sin un programa atrevido de desarrollo y bienestar, no será posible resolver los problemas, ni conseguir el apoyo económico. Frente a la crisis, la salida no está en el conservadurismo, sino en la transformación”.

¿Qué quiso decir este presidente? Tal vez sólo el oráculo en Delfos, de existir todavía, revelaría la sabiduría escondida. Mientras, tuvo cuidado López Obrador de no hablar de crecimiento que, siguiendo en la metáfora oracular griega, es uno de los talones de Aquiles de su administración, porque en la economía su gobierno solo ha traído estancamiento y un crecimiento muy inferior al tan criticado 2% que en promedio las tres administraciones pasadas dejaron. Aquí en México no se conoce, de parte del actual gobierno, ningún programa “atrevido” de desarrollo frente a la crisis, y la única transformación es la que se refleja en que hay ahora casi 4 millones de pobres más que en 2018, porque a 2020 (con datos del IMCO), 43.9% de la población en México está en situación de pobreza (55.7 millones de personas), lo que representa un incremento de dos puntos porcentuales en comparación con 2018 (41.9%), equivalente a 3.8 millones de personas adicionales, y la población vulnerable por ingresos (personas cuyo ingreso alcanza para adquirir la canasta básica de bienes y servicios, pero que carecen de seguridad social, acceso a servicios de salud públicos o privados, servicios básicos, espacios y calidad en su vivienda, acceso a una alimentación nutritiva y de calidad o tienen rezago educativo) aumentó 1.3 millones de personas respecto a 2018.

El PIB cayó 8% en 2020 y tuvo una recuperación (rebote) de solo 5% en 2021, por lo que se espera un crecimiento de apenas 1.5% (lejos del neoliberal 2% del promedio de los tres sexenios pasados. Incluso con Peña Nieto, se alcanzó el 2.2%), que según los expertos llevarían a una recuperación completa del PIB a niveles de 2018, hasta el 2024 y del PIB por habitante hasta 2036.

La ignorancia es atrevida. López Obrador pidió a Biden que desarrolle en Estados Unidos un “atrevido programa económico” para el desarrollo, que en México él no ha implementado, sino que sus políticas han hecho lo contrario. En 2018, antes de su llegada al gobierno, el gasto social estatal como proporción del PIB (promedio anual estatal) aumentó en promedio de 1.7 % en 2000 a 8.1 %. Con datos de la OCDE México se encuentra hoy en el lugar 17 (de 35) de los países con menor gasto social (7.5%), siendo Francia (31%), Finlandia (29.1%), Dinamarca (28.3), Italia (28.2%), Alemania (25.9%), Suecia (25.5%), España (24.7%), Japón (22.3%), Reino Unido (20.6%) y Estados Unidos (18.7%) los diez primeros de la lista.

Nos dice el Financial Times que México es la única economía en Latinoamérica que no va a recuperar su tamaño pre-pandemia este año y que sus “amlo-nomics” o políticas que ahuyentan la inversión y que no respetan las que ya existen en el país, dejaron ir la oportunidad de convertirse en el destino de las empresas que se reubican de China. En el 2021 se dio una fuga de capitales histórica por 257,601 mdp en instrumentos gubernamentales, siendo el segundo al hilo con salida histórica, algo que no había sucedido en México. El Indicador Mensual de Actividad Industrial por Entidad Federativa de septiembre de ese año mostró que 23 de las 32 entidades federativas presentaron contracciones mensuales en la actividad industrial, después de que en agosto 15 entidades mostraron caídas mensuales.

Se registra una pérdida de dinamismo en los sectores más importantes de la economía como son el comercio y los servicios (caída de 0.3% en su comparación mensual), según el Indicador Global de Actividad Económica del INEGI, ya que este rubro aporta cerca del 65% al PIB total nacional.

De acuerdo a datos del FMI, México descendió, y salió del ranking de las 15 economías más importantes del mundo en 2021. Los ingresos del gobierno federal cayeron -1.2% en 2021 por tercer año consecutivo y por si fuera poco, la deuda pública del país pasó a incrementarse de 10,731 billones en noviembre de 2018, a 13,018 billones a noviembre de 2021. Una diferencia, al alza, de +2.287 billones.

Al tener los ingresos tributarios un limitado potencial de crecimiento por la falta de inversión productiva (ya el gobierno derrochó de los recursos –fideicomisos públicos- que había para echar mano), no hay expectativas de un crecimiento económico esperanzador. El poder adquisitivo del salario hoy está al nivel del final del de las crisis sexenales de los años 80. Una política económica verdaderamente atrevida, diferente de la que hoy se aplica, se necesita para tener salarios mejor pagados. Sólo el 6% de los trabajos formales paga más de 15 mil pesos. La tasa de mortalidad de negocios nuevos es de 90%. Y México, siendo uno de los países donde más se trabaja en el mundo -según datos de la OCDE de 2019-, los mexicanos trabajan 23% más horas que los ciudadanos de los demás países miembros, manda hoy día más migrantes nacionales a los Estados Unidos que en anteriores sexenios. Ha de ser por aquello de la transformación y los programas atrevidos de desarrollo y bienestar, supongo.