/ viernes 8 de mayo de 2020

Apoyo coercitivo


Desde luego que a la Federación Mexicana de Fútbol y a los afiliados que tomaron las últimas decisiones, especialmente la suspensión por seis años de la liga de ascenso, para nada les remuerde la conciencia el hecho de dejar con un palmo de narices a sus aficiones y a jugadores quienes en muchos casos tendrán que buscar cómo mantener a sus familias trabajando en otra actividad.

Todo eso está bien claro. Les vale pues.

Entre esto y la contingencia sanitaria, la situación cada día se vuelve aún mucho más compleja para todos, hablando desde el punto de vista económico. La reducción de salarios, es una de las medidas tomadas de común acuerdo con los jugadores, muchos de ellos ya millonarios no tienen problema, pero para los de muy abajo, los que ganan poco, desde luego que es diametralmente diferente.

Los estragos de esta situación aún no pueden ser puestos en la balanza puesto que no se sabe a ciencia cierta cuándo terminará la contingencia, pero suponemos que habrá muchos equipos que tirarán la toalla en todo el mundo. Veremos en México, por ejemplo, de los 180 equipos de tercera división cuantos continuarán activos, pues aun cuando para esa categoría sí habrá dos ascensos a la Liga Premier, la pensarán dos veces antes de aceptar el reto y veremos también cuantos de esta última, de los 36 que la integran entre los que tienen y los que no derecho a un ascenso que finalmente no será realidad y que por ello recibirán un premio económico.

Más arriba se está cocinando la nueva liga de 23 años y menores. Esta se supone, será integrada por los actuales equipos que formaban la de ascenso, más cuatros invitados de la premier. Ante esto, la federación ofrecerá 20 millones de pesos a cada equipo por temporada para sufragar sus gastos, tantos los actualmente pendientes como los que vendrán con la apertura de la liga.

Pensamos que la primera remesa era para que todos pagaran sus deudas. Efectivamente es así pero vaya sorpresa, solo se les dará a aquellos que acepten integrar la nueva liga, los que no, pues a ver como le hacen para cumplir con los salarios de jugadores y empleados. O sea: a lo tomas y sigues o te chingas porque no te daré nada.

Desde luego que para quienes tomen la determinación de retirarse, tienen de donde echar mano, pero a un alto costo: perder los llamados derechos federativos, vulgarmente catalogada como franquicia. Así es, todos los equipos, de la categoría que usted guste, para tener el derecho de participar depositan en la cuenta de la federación algo así como una fianza, esta sirve para que de ahí el máximo organismo se cobre las deudas de los clubes que deben dinero por diversos conceptos.

Hasta estos momentos, no se ha dado a conocer de esa liga de ascenso, quienes sacarán la luz verde y quienes la roja. En cuanto a la tercera división, por lo menos en Sinaloa, un equipo emigrará a Jalisco, nos referimos a los Camaroneros de Escuinapa, pero olvídese que Raúl Ocaranza, se cruzará de brazos, seguro tendrá algún proyecto pero sin arriesgar un solo centavo de su patrimonio, pero de alejarse de esto, una apuesta a que continuará conectado.

Hay más sobre el tema, especialmente porque Sinaloa cuenta con dos estadios y aficiones que están que se les queman las habas por tener un espectáculo de altura, más allá de ir a ver a jóvenes entre los 20 y 23 años.

Por ahí tenemos pendiente una entrega relacionada con la historia del fútbol sinaloense, más bien, de Culiacán.


Desde luego que a la Federación Mexicana de Fútbol y a los afiliados que tomaron las últimas decisiones, especialmente la suspensión por seis años de la liga de ascenso, para nada les remuerde la conciencia el hecho de dejar con un palmo de narices a sus aficiones y a jugadores quienes en muchos casos tendrán que buscar cómo mantener a sus familias trabajando en otra actividad.

Todo eso está bien claro. Les vale pues.

Entre esto y la contingencia sanitaria, la situación cada día se vuelve aún mucho más compleja para todos, hablando desde el punto de vista económico. La reducción de salarios, es una de las medidas tomadas de común acuerdo con los jugadores, muchos de ellos ya millonarios no tienen problema, pero para los de muy abajo, los que ganan poco, desde luego que es diametralmente diferente.

Los estragos de esta situación aún no pueden ser puestos en la balanza puesto que no se sabe a ciencia cierta cuándo terminará la contingencia, pero suponemos que habrá muchos equipos que tirarán la toalla en todo el mundo. Veremos en México, por ejemplo, de los 180 equipos de tercera división cuantos continuarán activos, pues aun cuando para esa categoría sí habrá dos ascensos a la Liga Premier, la pensarán dos veces antes de aceptar el reto y veremos también cuantos de esta última, de los 36 que la integran entre los que tienen y los que no derecho a un ascenso que finalmente no será realidad y que por ello recibirán un premio económico.

Más arriba se está cocinando la nueva liga de 23 años y menores. Esta se supone, será integrada por los actuales equipos que formaban la de ascenso, más cuatros invitados de la premier. Ante esto, la federación ofrecerá 20 millones de pesos a cada equipo por temporada para sufragar sus gastos, tantos los actualmente pendientes como los que vendrán con la apertura de la liga.

Pensamos que la primera remesa era para que todos pagaran sus deudas. Efectivamente es así pero vaya sorpresa, solo se les dará a aquellos que acepten integrar la nueva liga, los que no, pues a ver como le hacen para cumplir con los salarios de jugadores y empleados. O sea: a lo tomas y sigues o te chingas porque no te daré nada.

Desde luego que para quienes tomen la determinación de retirarse, tienen de donde echar mano, pero a un alto costo: perder los llamados derechos federativos, vulgarmente catalogada como franquicia. Así es, todos los equipos, de la categoría que usted guste, para tener el derecho de participar depositan en la cuenta de la federación algo así como una fianza, esta sirve para que de ahí el máximo organismo se cobre las deudas de los clubes que deben dinero por diversos conceptos.

Hasta estos momentos, no se ha dado a conocer de esa liga de ascenso, quienes sacarán la luz verde y quienes la roja. En cuanto a la tercera división, por lo menos en Sinaloa, un equipo emigrará a Jalisco, nos referimos a los Camaroneros de Escuinapa, pero olvídese que Raúl Ocaranza, se cruzará de brazos, seguro tendrá algún proyecto pero sin arriesgar un solo centavo de su patrimonio, pero de alejarse de esto, una apuesta a que continuará conectado.

Hay más sobre el tema, especialmente porque Sinaloa cuenta con dos estadios y aficiones que están que se les queman las habas por tener un espectáculo de altura, más allá de ir a ver a jóvenes entre los 20 y 23 años.

Por ahí tenemos pendiente una entrega relacionada con la historia del fútbol sinaloense, más bien, de Culiacán.