/ miércoles 6 de mayo de 2020

Amenaza con replegar el Covid-19 al gabinete


Con una veintena de colaboradores que padecen Covid-19 y que podrían ser una potencial fuente de contagio colectivo, el Gobierno de Quirino Ordaz Coppel recibió los primeros golpes de la pandemia, que dependerá de cómo sea su tratamiento para que no sean demoledores.

El inicio de la Fase 3, que presupone desatar una lucha más intensa, vino a eliminar temporalmente piezas claves al salir a la luz los nombres de los primeros infectados. Es el caso de Francisco Vega, titular del Instituto de Protección Civil de Sinaloa y el de Concepción Zazueta, directora del Desarrollo Integral de la Familia.

Los dos, según lo muestran las evidencias, desempeñaban tareas centrales en la emergencia que se ensañó con Culiacán y Navolato a causa del relajamiento. Y que causalmente los replegó a recuperarse en casa o en alguno de los hospitales de la ciudad culiacanense.

El mal, dejó fuera de combate a dos funcionarios con cargos estratégicos. El de vigilar que se cumplieran con las recomendaciones y resoluciones de ciudadanos, de administradores o de dueños de negocios y la responsable de canalizar alimentos, prestar asesoría, orientación del ramo y auxilio a las familias de la entidad, que sí creyeron en la enfermedad y que sufren del encierro.

Para aminorar en su posibilidad los daños a la salud de los habitantes.

Es cierto que las labores de ayuda, las ejecutarán otros más, o quienes suplan temporalmente el mando, sin embargo, la hilaridad con las que llevaban éstas hacia buen puerto, se interrumpieron inevitablemente.

Ojalá que la gravedad y la fatalidad se diluyan, hoy que el subsecretario federal de Salud, Hugo López Gatell, afirmó que la curva epidemiológica se aplanó de manera positiva.

Y que a la administración que encabeza el mazatleco, no le suceda lo que se sabe aún se sufre en Navolato.

En este municipio, con un gabinete incompleto, una decena y media de empleados víctimas y una media sociedad relajada, el alcalde de Navolato, Eliazar Gutiérrez Ángulo mantiene una feroz reyerta contra el Covid-19, que ya le arrebató a quien fuera secretario del Ayuntamiento, Salvador Padilla Guerra, lo que le movió un accesorio político, pero igualmente articulador de las actividades que se despliegan para desterrar el riesgo de más infecciones.

Faltan aparte, conocer los efectos de la emigración irresponsable que adultos o padres de familia, emprendieron el pasado 30 de abril desde sus casas hacia los negocios con venta de pizzas o pasteles para auto complacer su deseo de pachanga o para festejar el Día del Niño.

Ya se avizoran por las autoridades indicios a leguas. Sobre el ánimo que amenaza con rebosar en un fenómeno de mayores dimensiones para la celebración del 10 de mayo que se aproxima.

A ver quién puede más. El miedo, la sensatez o las ganas que apuntan hacia el placer de caer en lo indebido o de no respetar las reglas.

Sergio Campas, al tanto de los maestros.

Desde su hogar y después de una intervención quirúrgica que lo inhabilitó por unos días, Sergio Campas Soto, candidato a la Secretaría General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación-Sección 27, confirmó que sigue activo política y socialmente.

El profesor federalizado no pierde su costumbre de preocuparse por los demás y está pendiente de los maestros para que extremen las precauciones del caso. No quiere que el Covid-19 ataque a nadie de ellos y menos a los integrantes de sus familias.

Está pendiente y escucha a los agremiados. Pone su capacidad de gestión de las demandas magisteriales, en las probabilidades con las que cuenta a través de los medios electrónicos y digitales a su alcance. No se duerme en sus laureles.


Con una veintena de colaboradores que padecen Covid-19 y que podrían ser una potencial fuente de contagio colectivo, el Gobierno de Quirino Ordaz Coppel recibió los primeros golpes de la pandemia, que dependerá de cómo sea su tratamiento para que no sean demoledores.

El inicio de la Fase 3, que presupone desatar una lucha más intensa, vino a eliminar temporalmente piezas claves al salir a la luz los nombres de los primeros infectados. Es el caso de Francisco Vega, titular del Instituto de Protección Civil de Sinaloa y el de Concepción Zazueta, directora del Desarrollo Integral de la Familia.

Los dos, según lo muestran las evidencias, desempeñaban tareas centrales en la emergencia que se ensañó con Culiacán y Navolato a causa del relajamiento. Y que causalmente los replegó a recuperarse en casa o en alguno de los hospitales de la ciudad culiacanense.

El mal, dejó fuera de combate a dos funcionarios con cargos estratégicos. El de vigilar que se cumplieran con las recomendaciones y resoluciones de ciudadanos, de administradores o de dueños de negocios y la responsable de canalizar alimentos, prestar asesoría, orientación del ramo y auxilio a las familias de la entidad, que sí creyeron en la enfermedad y que sufren del encierro.

Para aminorar en su posibilidad los daños a la salud de los habitantes.

Es cierto que las labores de ayuda, las ejecutarán otros más, o quienes suplan temporalmente el mando, sin embargo, la hilaridad con las que llevaban éstas hacia buen puerto, se interrumpieron inevitablemente.

Ojalá que la gravedad y la fatalidad se diluyan, hoy que el subsecretario federal de Salud, Hugo López Gatell, afirmó que la curva epidemiológica se aplanó de manera positiva.

Y que a la administración que encabeza el mazatleco, no le suceda lo que se sabe aún se sufre en Navolato.

En este municipio, con un gabinete incompleto, una decena y media de empleados víctimas y una media sociedad relajada, el alcalde de Navolato, Eliazar Gutiérrez Ángulo mantiene una feroz reyerta contra el Covid-19, que ya le arrebató a quien fuera secretario del Ayuntamiento, Salvador Padilla Guerra, lo que le movió un accesorio político, pero igualmente articulador de las actividades que se despliegan para desterrar el riesgo de más infecciones.

Faltan aparte, conocer los efectos de la emigración irresponsable que adultos o padres de familia, emprendieron el pasado 30 de abril desde sus casas hacia los negocios con venta de pizzas o pasteles para auto complacer su deseo de pachanga o para festejar el Día del Niño.

Ya se avizoran por las autoridades indicios a leguas. Sobre el ánimo que amenaza con rebosar en un fenómeno de mayores dimensiones para la celebración del 10 de mayo que se aproxima.

A ver quién puede más. El miedo, la sensatez o las ganas que apuntan hacia el placer de caer en lo indebido o de no respetar las reglas.

Sergio Campas, al tanto de los maestros.

Desde su hogar y después de una intervención quirúrgica que lo inhabilitó por unos días, Sergio Campas Soto, candidato a la Secretaría General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación-Sección 27, confirmó que sigue activo política y socialmente.

El profesor federalizado no pierde su costumbre de preocuparse por los demás y está pendiente de los maestros para que extremen las precauciones del caso. No quiere que el Covid-19 ataque a nadie de ellos y menos a los integrantes de sus familias.

Está pendiente y escucha a los agremiados. Pone su capacidad de gestión de las demandas magisteriales, en las probabilidades con las que cuenta a través de los medios electrónicos y digitales a su alcance. No se duerme en sus laureles.