/ martes 31 de diciembre de 2019

Algunas reflexiones 2019-2020

Estas líneas son una reflexión personal sobre lo acontecido durante este año que culmina y sobre el 2020 que está por iniciar. Quiero agradecer a todo el grupo de personas que me han acompañado estos últimos siete años, así como destacar los muchos éxitos logrados en el transcurso de este 2019, pues hemos sentado las bases para que el próximo año nos vaya mejor.

Este 2019 hemos superado muchas pruebas en el camino, unas políticas, al luchar para tener un Sinaloa mejor, y otras de índole personal, como la que tuve a mitad del año, la cual me obligó a ausentarme de mis actividades durante un corto tiempo, pero ya estamos al 100%, como me sentí en la última bicecleteada del año 2019 que realizamos de Culiacán a Imala.

También quiero recordar algunos acontecimientos nacionales que nos afectan localmente, sobre todo en lo referente a la inseguridad. Con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), este año ha sido el más violento de los últimos sexenios, y precisamente, el día en que cumplió su primer año como presidente Andrés Manuel López Obrador, el 1 de diciembre, fue el día con más homicidios dolosos: hubo 127.

Cuando aún faltan los datos de diciembre, este año está perfilado como el más violento de la última década: 32,565 víctimas de homicidio, 933 feminicidios, 1565 secuestros y 7915 actos de extorsión. En comparación con 2018, hubo 3% más de homicidios, 17% más de feminicidios, 13% más de secuestros y 35% más de casos de extorsión. Todo ello a pesar de que el país vive un acelerado grado de militarización.

Me preocupa mucho que no exista una clara estrategia de seguridad pública: primero hicieron a un lado a los gobernadores al implementar la Guardia Nacional, pero en la última reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, reconoció que aún no se logran los resultados deseados, por lo que pidió a las autoridades locales asumir su responsabilidad ante esta problemática, y les reclamó: “O le atoramos juntos, o fracasamos por separado. Nadie debe sustraerse de la tarea que les corresponde”. Es decir, se reconoció que hoy necesitan a los gobernadores para acabar con la inseguridad.

Este escenario de inseguridad y violencia afecta el desarrollo económico del país, lo que contrasta con los últimos cinco sexenios: con Carlos Salinas de Gortari, el Producto Interno Bruto (PIB) creció en promedio 4%; con Ernesto Zedillo, 3.4%; con Vicente Fox, 2.3%; con Felipe Calderón, 2.3%, y con Enrique peña Nieto, 2.17%. Aun cuando los cuatro últimos sexenios han atravesado una recesión.

Lo más preocupante de este sexenio es que no hay indicios de los planteamientos que serían el motor de crecimiento. Este año el crecimiento fue del 0% del PIB. Lo peor de todo es que el propio presidente ha polarizado este asunto desde el púlpito de las mañaneras. Los enfrentamientos con el sector empresarial han provocado poca inversión durante este año, pero, además, los programas sociales son asistencialistas que no crean valor agregado ni se pueden considerar como generación de empleo.

Para 2020, muchos de analistas financieros pronostican un crecimiento promedio de 1.1% del PIB, y para el sexenio 2019-2024, de 1.73 %, el cual sería el más bajo desde el sexenio de Miguel de la Madrid. Lejos queda la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de crecer al 4% del PIB.

La denominada Cuarta Transformación necesita de todos los mexicanos, sobre todo por el nulo crecimiento y la recesión en el sector industrial. Por eso, las expectativas para 2020 deben ser más positivas si el gobierno cambia su estrategia en política económica. En particular, espero que este año de aprendizaje de las actuales autoridades sirva para revertir los errores cometidos; sólo los resultados pueden cambiar la mala imagen que se tiene.

El freno económico del sistema productivo ha tenido altos costos sociales, pues ha ocasionado un alto índice de pobreza por la falta de oportunidades para el sector más vulnerable del país; no obstante, hay que reconocer que el combate a la corrupción y una administración pública ordenada eran una necesidad.

Para el 2020, tenemos que apostarle al desarrollo regional, al desarrollo de los estados y municipios. Creo que si fortalecemos el desarrollo económico, político y social de nuestro entorno, podemos salir adelante como país. Debemos dejar de lado las confrontaciones al amparo del fuero y los señalamientos sin sustento, por el contrario, debemos hacer propuestas que unan a nuestra sociedad.

Reitero las gracias a todos los que me han acompañado este año. También quiero agradecer a los que me acompañarán en 2020. Agradezco a todos los sinaloenses que desean que el próximo año sea mucho mejor que el actual. ¡Recordemos que para que el futuro cambie, debemos de participar positivamente en él!

Culiacán Sinaloa, a 1° de enero del 2020

¡Los mejores deseos para 2020!

Estas líneas son una reflexión personal sobre lo acontecido durante este año que culmina y sobre el 2020 que está por iniciar. Quiero agradecer a todo el grupo de personas que me han acompañado estos últimos siete años, así como destacar los muchos éxitos logrados en el transcurso de este 2019, pues hemos sentado las bases para que el próximo año nos vaya mejor.

Este 2019 hemos superado muchas pruebas en el camino, unas políticas, al luchar para tener un Sinaloa mejor, y otras de índole personal, como la que tuve a mitad del año, la cual me obligó a ausentarme de mis actividades durante un corto tiempo, pero ya estamos al 100%, como me sentí en la última bicecleteada del año 2019 que realizamos de Culiacán a Imala.

También quiero recordar algunos acontecimientos nacionales que nos afectan localmente, sobre todo en lo referente a la inseguridad. Con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), este año ha sido el más violento de los últimos sexenios, y precisamente, el día en que cumplió su primer año como presidente Andrés Manuel López Obrador, el 1 de diciembre, fue el día con más homicidios dolosos: hubo 127.

Cuando aún faltan los datos de diciembre, este año está perfilado como el más violento de la última década: 32,565 víctimas de homicidio, 933 feminicidios, 1565 secuestros y 7915 actos de extorsión. En comparación con 2018, hubo 3% más de homicidios, 17% más de feminicidios, 13% más de secuestros y 35% más de casos de extorsión. Todo ello a pesar de que el país vive un acelerado grado de militarización.

Me preocupa mucho que no exista una clara estrategia de seguridad pública: primero hicieron a un lado a los gobernadores al implementar la Guardia Nacional, pero en la última reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, reconoció que aún no se logran los resultados deseados, por lo que pidió a las autoridades locales asumir su responsabilidad ante esta problemática, y les reclamó: “O le atoramos juntos, o fracasamos por separado. Nadie debe sustraerse de la tarea que les corresponde”. Es decir, se reconoció que hoy necesitan a los gobernadores para acabar con la inseguridad.

Este escenario de inseguridad y violencia afecta el desarrollo económico del país, lo que contrasta con los últimos cinco sexenios: con Carlos Salinas de Gortari, el Producto Interno Bruto (PIB) creció en promedio 4%; con Ernesto Zedillo, 3.4%; con Vicente Fox, 2.3%; con Felipe Calderón, 2.3%, y con Enrique peña Nieto, 2.17%. Aun cuando los cuatro últimos sexenios han atravesado una recesión.

Lo más preocupante de este sexenio es que no hay indicios de los planteamientos que serían el motor de crecimiento. Este año el crecimiento fue del 0% del PIB. Lo peor de todo es que el propio presidente ha polarizado este asunto desde el púlpito de las mañaneras. Los enfrentamientos con el sector empresarial han provocado poca inversión durante este año, pero, además, los programas sociales son asistencialistas que no crean valor agregado ni se pueden considerar como generación de empleo.

Para 2020, muchos de analistas financieros pronostican un crecimiento promedio de 1.1% del PIB, y para el sexenio 2019-2024, de 1.73 %, el cual sería el más bajo desde el sexenio de Miguel de la Madrid. Lejos queda la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de crecer al 4% del PIB.

La denominada Cuarta Transformación necesita de todos los mexicanos, sobre todo por el nulo crecimiento y la recesión en el sector industrial. Por eso, las expectativas para 2020 deben ser más positivas si el gobierno cambia su estrategia en política económica. En particular, espero que este año de aprendizaje de las actuales autoridades sirva para revertir los errores cometidos; sólo los resultados pueden cambiar la mala imagen que se tiene.

El freno económico del sistema productivo ha tenido altos costos sociales, pues ha ocasionado un alto índice de pobreza por la falta de oportunidades para el sector más vulnerable del país; no obstante, hay que reconocer que el combate a la corrupción y una administración pública ordenada eran una necesidad.

Para el 2020, tenemos que apostarle al desarrollo regional, al desarrollo de los estados y municipios. Creo que si fortalecemos el desarrollo económico, político y social de nuestro entorno, podemos salir adelante como país. Debemos dejar de lado las confrontaciones al amparo del fuero y los señalamientos sin sustento, por el contrario, debemos hacer propuestas que unan a nuestra sociedad.

Reitero las gracias a todos los que me han acompañado este año. También quiero agradecer a los que me acompañarán en 2020. Agradezco a todos los sinaloenses que desean que el próximo año sea mucho mejor que el actual. ¡Recordemos que para que el futuro cambie, debemos de participar positivamente en él!

Culiacán Sinaloa, a 1° de enero del 2020

¡Los mejores deseos para 2020!