/ viernes 16 de octubre de 2020

Ahora el turno es del fútbol

Ayer comentamos y hoy lo ratificamos: la situación del dominio de la pandemia es cuestión de dos, ciudadanos u autoridades. En esta situación de mentado semáforo, el primero en entrar en acción en la autoridad. Los números oficiales para ellos son los que mandan, pero también se debe de tener en cuenta la idiosincrasia que rebela de antemano cual y como puede ser el comportamiento de los ciudadanos, situación que nos lleva al estatus cultural de cada pueblo. Ha quedado demostrado que los mexicanos –no todos- no somos muy dado a acatar las normas para demostrar una buena actitud ante situaciones como lo que vivimos. Ese es el riesgo de pasar de un semáforo a otro. Ahora resulta que de un momento a otro pasamos a amarillo, luego de volver al caso rojo.

Las circunstancias, como ha sucedido a través de la duración de la pandemia, nos lleva al terreno de las cifras oficiales y la no oficiales, es decir, hay muchos enfermaos más de COVID y muchos muertos más de la cifra que dan a conocer las autoridades. Está como el caso de muchos delitos que no se denuncian, esos no cuentan, pero son reales. La pregunta es ¿tendremos el panorama real de cuántas personas se infectarán por la apertura de los estadios?. Darles a los ciudadanos luz verde luego de tanta abstinencia, es como bajarle a un oso un panal de miel sin que quedan que subir por él.

Eso quedó claro, muy claro en el juego inaugural de Liga Mexicana del Pacífico. Lo que vimos mediante la televisión y este día en redes sociales, confirma lo señalado. El protocolo relajado y los aficionados muchos más. Ambos igual de irresponsables.

Ahora, toca el turno al fútbol. Será en Aguascalientes y en Mazatlán, donde el público podrá ingresar a sus estadios, sometidos ambos a las nuevas normas regulatorias. Sí igual que en el béisbol, en ambos casos autoridades federales ya se lavaron las manos porque dejaron en la de los gobiernos estatales y municipales, determinar su apertura y la cantidad. Poncio Pilatos, renovado, actualizado.

Y que curioso, ya no será en sí ver si Mazatlán gana o pierde, tampoco importa el rival, todos estará enfocado a ver si se repite lo sucedido en el estadio Tomateros y de otras plazas beisboleras. Es decir, lo relacionado con el acato de las medidas sanitarias. Hace unas dos o tres semanas estuvimos en el puerto por razones familiares y dimos cuenta de que a la gente la valen madre. Grabamos un vídeo de poco menos de un minuto, bien protegidos que enviamos a varios portales y al Facebook. Turistas nacionales y habitantes del puerto en abierto jolgorio en las playas sin el más mínimo cuidado. Y las autoridades. Bien gracias.

Quienes vivimos en la capital del estado, rezamos porque gente de Culiacán, no tenga boleto para el acceso al estadio, eso por una parte, por otra, conociendo a la gente de Mazatlán, alegre, bullanguera, despreocupada y luego de tener el privilegio de ser plaza de primera división, mucho dudamos que contengan sus ímpetus, porqué además muchos verán la transmisión en cantinas y bares. Buen pretexto para reunirse con los amigos y de paso al calor del alcohol, olvidarse de la sana distancia.

Y no me salga con que eso no puede ser. Bueno, hasta aquí, nos preparamos para ver ambos juegos.

Ayer comentamos y hoy lo ratificamos: la situación del dominio de la pandemia es cuestión de dos, ciudadanos u autoridades. En esta situación de mentado semáforo, el primero en entrar en acción en la autoridad. Los números oficiales para ellos son los que mandan, pero también se debe de tener en cuenta la idiosincrasia que rebela de antemano cual y como puede ser el comportamiento de los ciudadanos, situación que nos lleva al estatus cultural de cada pueblo. Ha quedado demostrado que los mexicanos –no todos- no somos muy dado a acatar las normas para demostrar una buena actitud ante situaciones como lo que vivimos. Ese es el riesgo de pasar de un semáforo a otro. Ahora resulta que de un momento a otro pasamos a amarillo, luego de volver al caso rojo.

Las circunstancias, como ha sucedido a través de la duración de la pandemia, nos lleva al terreno de las cifras oficiales y la no oficiales, es decir, hay muchos enfermaos más de COVID y muchos muertos más de la cifra que dan a conocer las autoridades. Está como el caso de muchos delitos que no se denuncian, esos no cuentan, pero son reales. La pregunta es ¿tendremos el panorama real de cuántas personas se infectarán por la apertura de los estadios?. Darles a los ciudadanos luz verde luego de tanta abstinencia, es como bajarle a un oso un panal de miel sin que quedan que subir por él.

Eso quedó claro, muy claro en el juego inaugural de Liga Mexicana del Pacífico. Lo que vimos mediante la televisión y este día en redes sociales, confirma lo señalado. El protocolo relajado y los aficionados muchos más. Ambos igual de irresponsables.

Ahora, toca el turno al fútbol. Será en Aguascalientes y en Mazatlán, donde el público podrá ingresar a sus estadios, sometidos ambos a las nuevas normas regulatorias. Sí igual que en el béisbol, en ambos casos autoridades federales ya se lavaron las manos porque dejaron en la de los gobiernos estatales y municipales, determinar su apertura y la cantidad. Poncio Pilatos, renovado, actualizado.

Y que curioso, ya no será en sí ver si Mazatlán gana o pierde, tampoco importa el rival, todos estará enfocado a ver si se repite lo sucedido en el estadio Tomateros y de otras plazas beisboleras. Es decir, lo relacionado con el acato de las medidas sanitarias. Hace unas dos o tres semanas estuvimos en el puerto por razones familiares y dimos cuenta de que a la gente la valen madre. Grabamos un vídeo de poco menos de un minuto, bien protegidos que enviamos a varios portales y al Facebook. Turistas nacionales y habitantes del puerto en abierto jolgorio en las playas sin el más mínimo cuidado. Y las autoridades. Bien gracias.

Quienes vivimos en la capital del estado, rezamos porque gente de Culiacán, no tenga boleto para el acceso al estadio, eso por una parte, por otra, conociendo a la gente de Mazatlán, alegre, bullanguera, despreocupada y luego de tener el privilegio de ser plaza de primera división, mucho dudamos que contengan sus ímpetus, porqué además muchos verán la transmisión en cantinas y bares. Buen pretexto para reunirse con los amigos y de paso al calor del alcohol, olvidarse de la sana distancia.

Y no me salga con que eso no puede ser. Bueno, hasta aquí, nos preparamos para ver ambos juegos.