/ lunes 15 de julio de 2019

¿A qué entró Estrada Ferreiro al PRI el jueves?

Eran como las 12 horas con 42 minutos cuando el alcalde de Culiacán, de camuflaje morenista por casualidad, Jesús Estrada Ferreiro salió sorpresivamente del edificio del Comité Directivo Estatal del PRI el pasado jueves once y en minutos, le cayó encima una lluvia de suspicacias.

Los francotiradores diseminados por las redes sociales le soltaron cientos de dardos “venenosos” que lo tildaron de ser el gran traidor de Morena. Eso en cuanto empezó a circular la fotografía que se subió al sistema digital como medio de prueba.

Aparentemente el presidente municipal escogió la hora más desértica para entrar a la oficina del dirigente sinaloense del Partido Revolucionario Institucional, Jesús Valdez Palazuelos, una de las víctimas de su extraño triunfo electoral y uno de sus principales críticos.

Su semblante de nerviosismo lo forzó a saludar muy rápidamente a quienes afuera lo escudriñaron.

Quiso huir para que nadie lo alcanzara a ver. Sin embargo, ahí estaban presentes los reporteros gráficos de las oficinas de prensa del tricolor, Luis Enrique Silva y Juan de Dios Montero de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Francisco Rocha, columnista del periódico El Sol de Sinaloa, y a más distancia Manuel Acosta de la revista Controversia.

Todos con teléfono celular en mano y con la aplicación de la cámara activa, en concordancia con el padecimiento de la epidemia de la tecnología moderna.

En fracciones de segundos como los pistoleros del Viejo Oeste, atraparon la imagen del munícipe y la colocaron en las páginas web. Luego llegaron las dudas sobre los motivos que lo obligaron a visitar al directivo del priismo. Pero primero, quienes navegan en estos espacios lo tundieron con proyectiles.

De mal agradecido con el morenismo hasta desleal con quienes lo respaldaron para lograr el cargo. Y de “chaquetero”, no lo bajaron.

En otros sectores, se echaron a volar las conjeturas de que como los de Movimiento de Regeneración Nacional no lo habilitarán como candidato a gobernador en el 2021 por negativo e hiriente, se atrevió a tocar y a abrir las puertas del Revolucionario Institucional.

En otros puntos de la ciudad, corrió la versión de que acudió al despacho de Jesús Valdez Palazuelos a reclamar que cada rato lo señala de ejercer un mal gobierno. Uno de los empleados priista, vertió entre “juego y serio” que se oyeron gritos y amenazas de golpes entre ambos.

Y uno más dijo que hubo “besos y cuchicheos” entre los dos rivales políticos del 2018.

Lo que se acerca más a la realidad, es que Jesús Estrada Ferreiro se encontró con Jesús Valdez Palazuelos cara a cara, para arreglar pendientes de las cuentas públicas. De gastos innecesarios y de una nómina inflada por meter a amigos y familiares que cobraron sin trabajar y que posteriormente se le quiso cargar a Francisco Antonio Castañeda quien lo relevó a finales de enero del 2018 para que el segundo se fuera a la candidatura en su obsesiva carrera por la reelección.

Sin descartar la posibilidad de una reclamación por la compra de un sistema de software que el hoy dirigente priista adquirió con sobre precio y además deficiente.

Lo cierto es que otros testigos que afirman que el edil arribó a las 12:27 horas del jueves, abandonó despavorido las instalaciones del Revolucionario Institucional, después de expresar a quienes lo miraron: “están en la casa equivocada”, mientras que uno de los testigos entre dientes le espetó: “!nos equivocamos pero con usted!”.

Eran como las 12 horas con 42 minutos cuando el alcalde de Culiacán, de camuflaje morenista por casualidad, Jesús Estrada Ferreiro salió sorpresivamente del edificio del Comité Directivo Estatal del PRI el pasado jueves once y en minutos, le cayó encima una lluvia de suspicacias.

Los francotiradores diseminados por las redes sociales le soltaron cientos de dardos “venenosos” que lo tildaron de ser el gran traidor de Morena. Eso en cuanto empezó a circular la fotografía que se subió al sistema digital como medio de prueba.

Aparentemente el presidente municipal escogió la hora más desértica para entrar a la oficina del dirigente sinaloense del Partido Revolucionario Institucional, Jesús Valdez Palazuelos, una de las víctimas de su extraño triunfo electoral y uno de sus principales críticos.

Su semblante de nerviosismo lo forzó a saludar muy rápidamente a quienes afuera lo escudriñaron.

Quiso huir para que nadie lo alcanzara a ver. Sin embargo, ahí estaban presentes los reporteros gráficos de las oficinas de prensa del tricolor, Luis Enrique Silva y Juan de Dios Montero de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Francisco Rocha, columnista del periódico El Sol de Sinaloa, y a más distancia Manuel Acosta de la revista Controversia.

Todos con teléfono celular en mano y con la aplicación de la cámara activa, en concordancia con el padecimiento de la epidemia de la tecnología moderna.

En fracciones de segundos como los pistoleros del Viejo Oeste, atraparon la imagen del munícipe y la colocaron en las páginas web. Luego llegaron las dudas sobre los motivos que lo obligaron a visitar al directivo del priismo. Pero primero, quienes navegan en estos espacios lo tundieron con proyectiles.

De mal agradecido con el morenismo hasta desleal con quienes lo respaldaron para lograr el cargo. Y de “chaquetero”, no lo bajaron.

En otros sectores, se echaron a volar las conjeturas de que como los de Movimiento de Regeneración Nacional no lo habilitarán como candidato a gobernador en el 2021 por negativo e hiriente, se atrevió a tocar y a abrir las puertas del Revolucionario Institucional.

En otros puntos de la ciudad, corrió la versión de que acudió al despacho de Jesús Valdez Palazuelos a reclamar que cada rato lo señala de ejercer un mal gobierno. Uno de los empleados priista, vertió entre “juego y serio” que se oyeron gritos y amenazas de golpes entre ambos.

Y uno más dijo que hubo “besos y cuchicheos” entre los dos rivales políticos del 2018.

Lo que se acerca más a la realidad, es que Jesús Estrada Ferreiro se encontró con Jesús Valdez Palazuelos cara a cara, para arreglar pendientes de las cuentas públicas. De gastos innecesarios y de una nómina inflada por meter a amigos y familiares que cobraron sin trabajar y que posteriormente se le quiso cargar a Francisco Antonio Castañeda quien lo relevó a finales de enero del 2018 para que el segundo se fuera a la candidatura en su obsesiva carrera por la reelección.

Sin descartar la posibilidad de una reclamación por la compra de un sistema de software que el hoy dirigente priista adquirió con sobre precio y además deficiente.

Lo cierto es que otros testigos que afirman que el edil arribó a las 12:27 horas del jueves, abandonó despavorido las instalaciones del Revolucionario Institucional, después de expresar a quienes lo miraron: “están en la casa equivocada”, mientras que uno de los testigos entre dientes le espetó: “!nos equivocamos pero con usted!”.