/ martes 17 de agosto de 2021

A la mitad del camino, desde el Senado

Llegamos a los primeros tres años de un sexenio considerado el de mayor legitimidad en las urnas y que ha significado la concreción de la esperanza de cambio con justicia para millones de mexicanos. Desde la LXIV Legislatura del Senado de la República hemos sido parte de esta gesta por la transformación de México.

Por convicción democrática y en cumplimiento del mandamiento legal que nos obliga a rendir cuentas de nuestro desempeño, los senadores y senadoras hemos iniciado las acciones para informar a los ciudadanos sobre el significado del trabajo realizado en la Cámara de Senadores en el tercer año de actividades legislativas.

La Cuarta Transformación es un movimiento que lucha, por la vía pacífica, institucional y legal, por el cambio verdadero del país.

Pero para cambiar a México necesitamos cambiar el marco jurídico prohijado por el régimen de privilegios prevaleciente por décadas.

Para edificar el nuevo régimen democrático, basado en la separación del poder político del poder económico, en la austeridad republicana como principio de la acción pública y una política social orientada a la construcción en México de un estado de bienestar, hemos creado nuevas leyes, reformado la Constitución y diversos ordenamientos secundarios.

Legislamos para abatir los privilegios que las élites políticas impusieron en el país, convirtiendo al gobierno en fuente de enriquecimiento y de beneficios ilegítimos para funcionarios y gobernantes de todos los niveles.

¿Cuáles son las aportaciones que hemos hecho a la Cuarta Transformación en este tercer año de ejercicio de la LXIV Legislatura del Senado?

En primer lugar, podemos afirmar que ya no habrá más partidas secretas en el Presupuesto de Egresos de la Federación, pues ahora la reforma al artículo 74 constitucional las prohíbe. De esta forma, se pone punto final al ejercicio de este gasto que, por muchos años, fue propio de la corrupción de un sistema político opaco.

También se acabó el fuero al presidente de la República. Para ello reformamos los artículos 108 y 111 de la Constitución, por lo que ahora el mandatario federal puede ser juzgado, como cualquier ciudadano, por cualquier delito.

Incluso, ampliamos el catálogo de delitos graves, por lo que ahora ameritan prisión preventiva oficiosa, entre otros, la violencia sexual contra menores, feminicidio, uso de programas sociales con fines electorales, corrupción, robo a casa habitación, de hidrocarburos, desapariciones forzadas y delitos en materia de armas de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas.

Y a propósito de este tema, reformamos el Código Penal Federal para proteger los derechos de las niñas, niños y adolescentes que han sido víctimas de delitos sexuales, por lo que se establece la imprescriptibilidad en el ejercicio de la acción penal y la imposición de sanciones.

También aprobamos la Ley de la Fiscalía General de la República, para corregir abusos en la procuración de justicia, hacerla eficiente y que atienda los reclamos de la población en la materia.

Con la llamada Ley Olimpia, se reconoce la violencia digital y mediática como modalidades de violencia con el fin de garantizar la prevención, atención, sanción y erradicación de dichos tipos de violencia.

En materia laboral, para consagrar un modelo de justicia laboral con perspectiva social en la que se suprima la idea de que las personas trabajadoras son un factor más de la producción, y arribar al modelo en que son el centro y la finalidad propia del Estado, actualizamos la legislación a los requerimientos sociales que garantizan el derecho de acceso a un trabajo digno, bien remunerado y con prestaciones justas.

Reformamos la Ley Federal del Trabajo para reconocer la figura del teletrabajo en México, por lo que se establecen las obligaciones de las partes en una relación laboral.

En este mismo sentido, también reformamos esta ley para reconocer el derecho de las personas trabajadoras a la desconexión digital de sus labores para el goce de sus descansos, permisos, vacaciones y vida familiar.

Fijamos las reglas para la subcontratación laboral, para combatir las prácticas abusivas o simuladas de outsourcing, reconocer antigüedad, otorgar estabilidad laboral y brindar acceso a la seguridad social, además de obligar a cumplir con sus obligaciones fiscales a quienes ejercen esta práctica.

También recuperamos la esencia del sistema de pensiones, con lo que se favorece al trabajador, otorgándole garantías de ingreso en la vejez, mejorando su calidad de vida y el ahorro, y dando seguimiento al derecho de adultos mayores a una pensión justa.

Con la idea del bienestar, reformamos las leyes del Infonavit e ISSSTE para que ahora el trabajador derechohabiente cuente con una vivienda digna, que acceda al crédito como mejor le convenga, e incluso al refinanciamiento.

Siguiendo con los derechos laborales, para asegurar el goce de ellos en igualdad de condiciones para hombres y mujeres, incorporamos un lenguaje con perspectiva de género que garantice la cobertura de cuidado durante la primera infancia a hijas e hijos de las personas trabajadoras y reconoce el derecho del trabajador varón para tener acceso a servicios de guardería.

En materia de remuneración de los servidores públicos, queda definido que nadie debe recibir retribución mayor que la establecida para el presidente de México.

En educación, impulsamos que la ley reconozca al nivel superior como un bien público que contribuye al bienestar y desarrollo integral de las personas y se crea un fondo federal que la garantice, así como su gratuidad y el derecho estudiantil al acceso y permanencia a esta educación.

La opacidad, falta de transparencia y rendición de cuentas hizo que se extinguieran más de 100 fideicomisos. Sin embargo, esos recursos se integran al presupuesto de las dependencias de la Administración Pública Federal, para que ellas lleven a cabo su ejercicio en beneficio de la población. Ahora, más de 68 mil millones de pesos se entregan directo al beneficiario.

En cuanto al tema energético, a través de la Ley de la Industria Eléctrica se busca rescatar y fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad, garantizando confiabilidad y seguridad del sistema eléctrico nacional y contribuyendo al desarrollo económico nacional. La idea es que el usuario pague precios bajos y se frene el saqueo en empresas del Estado.

Por su parte, la Ley de Hidrocarburos busca reordenar diversas actividades económicas en el sector energético a fin de combatir la corrupción, garantizar el abasto, proteger la economía nacional y los ingresos del Estado, pero igual, desincentiva prácticas relacionadas con el comercio ilícito de hidrocarburos.

Una gran reforma es la que se hizo a la Ley General de Bienes Naciones, por lo que ahora las playas de México son de acceso libre, mismo que no podrá ser inhibido, restringido, obstaculizado ni condicionado.

Un tema que nos ha permitido hacer historia en materia de democracia participativa fue la consulta popular. Esto ocurrió por primera vez en México, gracias a reformas constitucionales, que por cierto, también nos llevarán al ejercicio de consulta para la revocación de mandato.

Las aquí enumeradas y muchas otras reformas legislativas que hemos impulsado desde el Grupo Parlamentario de Morena en el Senado de la República, son parte esencial de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Pero apenas vamos a mitad del camino, lo mejor está por venir: su consolidación

Llegamos a los primeros tres años de un sexenio considerado el de mayor legitimidad en las urnas y que ha significado la concreción de la esperanza de cambio con justicia para millones de mexicanos. Desde la LXIV Legislatura del Senado de la República hemos sido parte de esta gesta por la transformación de México.

Por convicción democrática y en cumplimiento del mandamiento legal que nos obliga a rendir cuentas de nuestro desempeño, los senadores y senadoras hemos iniciado las acciones para informar a los ciudadanos sobre el significado del trabajo realizado en la Cámara de Senadores en el tercer año de actividades legislativas.

La Cuarta Transformación es un movimiento que lucha, por la vía pacífica, institucional y legal, por el cambio verdadero del país.

Pero para cambiar a México necesitamos cambiar el marco jurídico prohijado por el régimen de privilegios prevaleciente por décadas.

Para edificar el nuevo régimen democrático, basado en la separación del poder político del poder económico, en la austeridad republicana como principio de la acción pública y una política social orientada a la construcción en México de un estado de bienestar, hemos creado nuevas leyes, reformado la Constitución y diversos ordenamientos secundarios.

Legislamos para abatir los privilegios que las élites políticas impusieron en el país, convirtiendo al gobierno en fuente de enriquecimiento y de beneficios ilegítimos para funcionarios y gobernantes de todos los niveles.

¿Cuáles son las aportaciones que hemos hecho a la Cuarta Transformación en este tercer año de ejercicio de la LXIV Legislatura del Senado?

En primer lugar, podemos afirmar que ya no habrá más partidas secretas en el Presupuesto de Egresos de la Federación, pues ahora la reforma al artículo 74 constitucional las prohíbe. De esta forma, se pone punto final al ejercicio de este gasto que, por muchos años, fue propio de la corrupción de un sistema político opaco.

También se acabó el fuero al presidente de la República. Para ello reformamos los artículos 108 y 111 de la Constitución, por lo que ahora el mandatario federal puede ser juzgado, como cualquier ciudadano, por cualquier delito.

Incluso, ampliamos el catálogo de delitos graves, por lo que ahora ameritan prisión preventiva oficiosa, entre otros, la violencia sexual contra menores, feminicidio, uso de programas sociales con fines electorales, corrupción, robo a casa habitación, de hidrocarburos, desapariciones forzadas y delitos en materia de armas de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas.

Y a propósito de este tema, reformamos el Código Penal Federal para proteger los derechos de las niñas, niños y adolescentes que han sido víctimas de delitos sexuales, por lo que se establece la imprescriptibilidad en el ejercicio de la acción penal y la imposición de sanciones.

También aprobamos la Ley de la Fiscalía General de la República, para corregir abusos en la procuración de justicia, hacerla eficiente y que atienda los reclamos de la población en la materia.

Con la llamada Ley Olimpia, se reconoce la violencia digital y mediática como modalidades de violencia con el fin de garantizar la prevención, atención, sanción y erradicación de dichos tipos de violencia.

En materia laboral, para consagrar un modelo de justicia laboral con perspectiva social en la que se suprima la idea de que las personas trabajadoras son un factor más de la producción, y arribar al modelo en que son el centro y la finalidad propia del Estado, actualizamos la legislación a los requerimientos sociales que garantizan el derecho de acceso a un trabajo digno, bien remunerado y con prestaciones justas.

Reformamos la Ley Federal del Trabajo para reconocer la figura del teletrabajo en México, por lo que se establecen las obligaciones de las partes en una relación laboral.

En este mismo sentido, también reformamos esta ley para reconocer el derecho de las personas trabajadoras a la desconexión digital de sus labores para el goce de sus descansos, permisos, vacaciones y vida familiar.

Fijamos las reglas para la subcontratación laboral, para combatir las prácticas abusivas o simuladas de outsourcing, reconocer antigüedad, otorgar estabilidad laboral y brindar acceso a la seguridad social, además de obligar a cumplir con sus obligaciones fiscales a quienes ejercen esta práctica.

También recuperamos la esencia del sistema de pensiones, con lo que se favorece al trabajador, otorgándole garantías de ingreso en la vejez, mejorando su calidad de vida y el ahorro, y dando seguimiento al derecho de adultos mayores a una pensión justa.

Con la idea del bienestar, reformamos las leyes del Infonavit e ISSSTE para que ahora el trabajador derechohabiente cuente con una vivienda digna, que acceda al crédito como mejor le convenga, e incluso al refinanciamiento.

Siguiendo con los derechos laborales, para asegurar el goce de ellos en igualdad de condiciones para hombres y mujeres, incorporamos un lenguaje con perspectiva de género que garantice la cobertura de cuidado durante la primera infancia a hijas e hijos de las personas trabajadoras y reconoce el derecho del trabajador varón para tener acceso a servicios de guardería.

En materia de remuneración de los servidores públicos, queda definido que nadie debe recibir retribución mayor que la establecida para el presidente de México.

En educación, impulsamos que la ley reconozca al nivel superior como un bien público que contribuye al bienestar y desarrollo integral de las personas y se crea un fondo federal que la garantice, así como su gratuidad y el derecho estudiantil al acceso y permanencia a esta educación.

La opacidad, falta de transparencia y rendición de cuentas hizo que se extinguieran más de 100 fideicomisos. Sin embargo, esos recursos se integran al presupuesto de las dependencias de la Administración Pública Federal, para que ellas lleven a cabo su ejercicio en beneficio de la población. Ahora, más de 68 mil millones de pesos se entregan directo al beneficiario.

En cuanto al tema energético, a través de la Ley de la Industria Eléctrica se busca rescatar y fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad, garantizando confiabilidad y seguridad del sistema eléctrico nacional y contribuyendo al desarrollo económico nacional. La idea es que el usuario pague precios bajos y se frene el saqueo en empresas del Estado.

Por su parte, la Ley de Hidrocarburos busca reordenar diversas actividades económicas en el sector energético a fin de combatir la corrupción, garantizar el abasto, proteger la economía nacional y los ingresos del Estado, pero igual, desincentiva prácticas relacionadas con el comercio ilícito de hidrocarburos.

Una gran reforma es la que se hizo a la Ley General de Bienes Naciones, por lo que ahora las playas de México son de acceso libre, mismo que no podrá ser inhibido, restringido, obstaculizado ni condicionado.

Un tema que nos ha permitido hacer historia en materia de democracia participativa fue la consulta popular. Esto ocurrió por primera vez en México, gracias a reformas constitucionales, que por cierto, también nos llevarán al ejercicio de consulta para la revocación de mandato.

Las aquí enumeradas y muchas otras reformas legislativas que hemos impulsado desde el Grupo Parlamentario de Morena en el Senado de la República, son parte esencial de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Pero apenas vamos a mitad del camino, lo mejor está por venir: su consolidación