/ jueves 21 de julio de 2022

A Gámez Mendívil se le acabó la aviada

A Juan de Dios Gámez Mendívil se le acabó muy rápido la aviada. Como alcalde de Culiacán sigue extraviado. Y lo malo es que su antecesor Jesús Estrada Ferreiro ya no está en activo para transferirle errores, groserías y abusos que le dieron unos días de gloria.

Cómodamente aplicó la técnica de ”él falla y yo reparo”.

Como lo festejó la diputada federal priista, Paloma Sánchez: “a gusto”. Goza del puesto y no hizo campaña.

No tiene idea de lo que es gobernar la plaza política y social más grande del estado, que ni en sueños, logró imaginar se la regalarían.

No le tocó elaborar el Plan Municipal de Desarrollo y tampoco gastará tiempo en leerlo y desconoce totalmente las demandas más sentidas de los pobladores de las comunidades rurales y las colonias populares.

Su conocimiento del estado de cosas, se limitó desafortunadamente a resolver como bateador emergente las pelotas que le acomodaron de globito y de velocidad mansa desde el Gobierno del Estado.

Pagó a las viudas de policías que tanto escándalo causaron con dinero que le consiguió el gobernador Rubén Rocha Moya, abrió el callejón Miguel Hidalgo que pasa contiguo al mercado Gustavo Garmendia para complacer a los comerciantes que se pelearon con el edil que se fue desaforado y destrabó el descuento al impuestos predial y al agua potable para jubilados y discapacitados.

Luego se estrelló contra la pared que lo atajó en seco con un realista “párale de contar”. Se le terminó el corrido.

Desde el 10 de junio en que protestó como presidente municipal en el Congreso del Estado que lo nombró como sustituto, lució políticamente pero en días que fueron contados.

Hoy se encuentra perdido, porque no tiene un proyecto firme y definido y es entendible porque no nació en la capital y al estar en esta fría condición no tiene amor ni compromiso con los culiacanenses.

Lo más relevante fue cubrir el adeudo que por meses reclamaron las esposas de los agentes policiales que murieron en cumplimiento de su deber, sin importar que algunas instituciones por presión las dieran demás e incurrieran en una vierta violación a las leyes en la materia.

Por consumar un acto para quedar bien con un sector de la población que encontró en el recurso de la protesta y la manifestación la manera cómoda de obtener beneficios, hoy Juan de Dios Gámez Mendívil deberá enfrentar un conflicto que se le puede desbordar.

Y es que si a un grupo de damas se les otorgaron millones de pesos y una serie de prestaciones, los empleados y trabajadores administrativos, entre otros que se colaron del lado operativo, están conscientes que tienen más derechos como activos, y aún asi, no pudieron acarician un aumento de sueldo que exigen desde hace 11 años.

Los agentes en proceso de jubilación laboral de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, ya le recriminaron al alcalde en funciones que los ignora. En días los decepcionó con su comportamiento, porque no les cristalizan el proceso ni el pago de la indemnización que les pertenece legalmente.

El personal de la SSPyTM que envió una carta a los medios de comunicación y al Ayuntamiento para exponerle los motivos, están dispuestos a recurrir a los bloqueos y a la lucha de calle.

Asi se lo advirtieron directo y sin velos.

Luego se verá si Juan de Dios Gámez Mendívil goza de la capacidad y la táctica para resolver la problemática.

Porque hasta el momento no se le ha visto su habilidad de cabildeo.

Sara remueve el lodo fétido que lanza “Alito”.

Sara Rocha Medina, Secretaria de Gestión Social del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional estuvo en Sinaloa ayer. Por donde pasó, removió la insoportable fetidez del pantano que salpicó a los priistas del país y en que se atascó “ahora que hay lodo”, el indeseable presidente del instituto en el país, Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”.

¿No le dio vergüenza defender lo indefendible a ella ni a Cinthia Valenzuela Langárica, lideresa local del PR?

Pues ¡no! Simple y sencillamente asi son ellas y ellos. Creen que los ciudadanos y los militantes son ingenuos.

A Juan de Dios Gámez Mendívil se le acabó muy rápido la aviada. Como alcalde de Culiacán sigue extraviado. Y lo malo es que su antecesor Jesús Estrada Ferreiro ya no está en activo para transferirle errores, groserías y abusos que le dieron unos días de gloria.

Cómodamente aplicó la técnica de ”él falla y yo reparo”.

Como lo festejó la diputada federal priista, Paloma Sánchez: “a gusto”. Goza del puesto y no hizo campaña.

No tiene idea de lo que es gobernar la plaza política y social más grande del estado, que ni en sueños, logró imaginar se la regalarían.

No le tocó elaborar el Plan Municipal de Desarrollo y tampoco gastará tiempo en leerlo y desconoce totalmente las demandas más sentidas de los pobladores de las comunidades rurales y las colonias populares.

Su conocimiento del estado de cosas, se limitó desafortunadamente a resolver como bateador emergente las pelotas que le acomodaron de globito y de velocidad mansa desde el Gobierno del Estado.

Pagó a las viudas de policías que tanto escándalo causaron con dinero que le consiguió el gobernador Rubén Rocha Moya, abrió el callejón Miguel Hidalgo que pasa contiguo al mercado Gustavo Garmendia para complacer a los comerciantes que se pelearon con el edil que se fue desaforado y destrabó el descuento al impuestos predial y al agua potable para jubilados y discapacitados.

Luego se estrelló contra la pared que lo atajó en seco con un realista “párale de contar”. Se le terminó el corrido.

Desde el 10 de junio en que protestó como presidente municipal en el Congreso del Estado que lo nombró como sustituto, lució políticamente pero en días que fueron contados.

Hoy se encuentra perdido, porque no tiene un proyecto firme y definido y es entendible porque no nació en la capital y al estar en esta fría condición no tiene amor ni compromiso con los culiacanenses.

Lo más relevante fue cubrir el adeudo que por meses reclamaron las esposas de los agentes policiales que murieron en cumplimiento de su deber, sin importar que algunas instituciones por presión las dieran demás e incurrieran en una vierta violación a las leyes en la materia.

Por consumar un acto para quedar bien con un sector de la población que encontró en el recurso de la protesta y la manifestación la manera cómoda de obtener beneficios, hoy Juan de Dios Gámez Mendívil deberá enfrentar un conflicto que se le puede desbordar.

Y es que si a un grupo de damas se les otorgaron millones de pesos y una serie de prestaciones, los empleados y trabajadores administrativos, entre otros que se colaron del lado operativo, están conscientes que tienen más derechos como activos, y aún asi, no pudieron acarician un aumento de sueldo que exigen desde hace 11 años.

Los agentes en proceso de jubilación laboral de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, ya le recriminaron al alcalde en funciones que los ignora. En días los decepcionó con su comportamiento, porque no les cristalizan el proceso ni el pago de la indemnización que les pertenece legalmente.

El personal de la SSPyTM que envió una carta a los medios de comunicación y al Ayuntamiento para exponerle los motivos, están dispuestos a recurrir a los bloqueos y a la lucha de calle.

Asi se lo advirtieron directo y sin velos.

Luego se verá si Juan de Dios Gámez Mendívil goza de la capacidad y la táctica para resolver la problemática.

Porque hasta el momento no se le ha visto su habilidad de cabildeo.

Sara remueve el lodo fétido que lanza “Alito”.

Sara Rocha Medina, Secretaria de Gestión Social del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional estuvo en Sinaloa ayer. Por donde pasó, removió la insoportable fetidez del pantano que salpicó a los priistas del país y en que se atascó “ahora que hay lodo”, el indeseable presidente del instituto en el país, Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”.

¿No le dio vergüenza defender lo indefendible a ella ni a Cinthia Valenzuela Langárica, lideresa local del PR?

Pues ¡no! Simple y sencillamente asi son ellas y ellos. Creen que los ciudadanos y los militantes son ingenuos.